Absuelta la anciana que usaba marihuana para dar «friegas» a su marido

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Se habían descubierto en su caserío de Donostia 14 plantas de marihuana por lo que, acusada de posible trafico de estupefacientes, se abrió contra ella un proceso legal que ahora, ha concluido en la absolución de la acusada.
La fiscalía solicitaba para ella un año y diez meses de prisión.

La mujer siempre argumentó que usaba la marihuana para dar friegas a su marido, que padece constantes y fuertes dolores. La sentencia del caso constata ahora que las «características de la acusada» hacen «verosímil su alegación respecto al uso medicinal de la marihuana» y que queda comprobado que no existe delito de tráfico.

Durante el juicio, la mujer explicó que decidió plantar marihuana tras ver en un programa de televisión que estas plantas «aliviaban» el dolor y porque pensaba que «para uso propio se podían tener». Adquirió las semillas, las plantó y después maceró las hierbas en alcohol guardándolas en botes para aplicarlo de forma tópica tanto a su marido como a ella misma.

La anciana insistió que nunca tuvo conciencia de estar haciendo nada ilegal y que ella «no había vendido las plantas o botes a nadie» y desveló que también confecciona «verbenas» y otros artículos con aloe vera como «remedios caseros», al igual que hacían sus padres, y gracias a los cuales tan sólo ha tenido que ir al médico ya «de mayor».

Los ertzainas que descubrieron las plantas declararon en la vista oral que acudieron a la vivienda de la mujer «no porque tuvieran sospechas de que se estuviera traficando con marihuana», sino por el «olor» que desprendía el cultivo, que fue detectado por una patrulla que circulaba por la zona, aunque los ejemplares no podían verse desde el exterior.

Los agentes explicaron asimismo que la actitud del hombre que les abrió la puerta del domicilio fue «en todo momento colaboradora».

El titular del juzgado explica ahora, en su sentencia absolutoria, que la Fiscalía no probó «los hechos en los que fundamentaba su pretensión de condena» ya que durante la vista no se obtuvo «ninguna prueba» ni «indicio» de que la anciana se dedicara a la venta de la droga.