El pasado 8 de septiembre, el órgano disciplinario de la UEFA resolvió que el positivo de Yeray Álvarez obedecía a un error sin intención de dopaje, imponiéndole una sanción de 10 meses, lo que le impedirá vestir la camiseta del Athletic Club hasta el próximo 2 de abril. Dos días después, el defensa compareció en el Hotel Carlton de Bilbao para dar explicaciones sobre lo sucedido. Arropado por sus compañeros, el cuerpo técnico y representantes institucionales y deportivos del club, el central rojiblanco expuso con transparencia las circunstancias que le llevaron a ingerir de forma accidental una sustancia prohibida, sin ánimo alguno de obtener ventaja competitiva.
Yeray relató que, tras superar un cáncer, en 2022 comenzó un tratamiento contra la alopecia, al igual que su pareja, que desde 2024 sigue una medicación preventiva. Una noche, al descubrir que se había quedado sin pastillas propias, tomó por error una de las de su compañera, convencido de que era el mismo tratamiento. Ese fármaco contenía, además de minoxidil, la sustancia no autorizada que dio origen al positivo. El central lamentó profundamente las consecuencias del incidente, pidió perdón al club, a sus compañeros y a la afición, y anunció su decisión de no cobrar durante el tiempo que dure la sanción: “Es un error humano que asumo por completo”.
Preguntado por la posibilidad de recurrir, el jugador explicó que sus abogados estudian la documentación para decidir los próximos pasos. Mientras tanto, se entrena en solitario, aunque asegura sentirse respaldado por el vestuario. Como muestra, recordó un mensaje de Iñaki Williams: “Me dijo que en abril es la final de Copa y que estaría allí para levantarla. Ojalá pueda volver cuanto antes para ayudar al equipo”.
