La Universidad del País Vasco ha constatado la presencia de compuestos perfluoroalquilados y polifluoroalquilados (PFAS) en análisis de sangre realizados a menores de Urola y Goierri. El trabajo, desarrollado junto con Biogipuzkoa y el Departamento de Salud Pública, concluye que no existe un riesgo inmediato para la salud, pero aconseja reforzar la vigilancia para evaluar la exposición y sus posibles consecuencias.
Los investigadores explican que los niveles detectados varían en función de la edad y subrayan la conveniencia de actualizar la normativa actual. Los PFAS son sustancias muy presentes en la vida diaria, utilizadas en utensilios antiadherentes, prendas impermeables, envases alimentarios o espumas utilizadas contra incendios.
El informe recuerda que este tipo de compuestos pueden acumularse tanto en el organismo como en el medio ambiente, con una degradación muy lenta, lo que convierte la exposición en un fenómeno crónico. Su uso se ha relacionado con alteraciones hormonales, elevación del colesterol y problemas hepáticos y de desarrollo.
La coautora del estudio, Anne San Román, ha destacado que la población infantil es especialmente vulnerable, ya que una exposición temprana puede generar efectos negativos con dosis menores que en adultos y aumentar el riesgo de enfermedades en etapas posteriores.
El análisis se llevó a cabo con muestras de plasma de 315 menores. De los 42 compuestos químicos examinados, se detectaron 18, y en los más habituales las tasas de presencia oscilaron entre el 70 % y el 97 %.