Un seguimiento realizado por Eguzki en los últimos meses ha permitido constatar algo que, en realidad, intuían desde hace tiempo: la fachada acristalada de Cristóbal Balenciaga Museoa constituye una trampa mortal para las aves.
En un período de poco más de un año, han hallado junto a esa fachada los cuerpos de 16 aves, muertas, sin duda, tras colisionar contra ella. Es un número importante, pero, según explica el grupo ecologista, «no es más que la punta del iceberg».
Es preciso señalar que buena parte de las aves encontradas (pito real, mosquitero común, curruca capirotada…) están incluidas en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE) del Ministerio de Transición Ecológica, y una de ellas, el torcecuello, figura además en el Catálogo Vasco de Especies Amenazadas en la categoría “De interés especial”.
Eguzki ha solicitado tanto a la dirección de Cristobal Balenciaga Museoa como a los departamentos forales de Cultura y Equilibrio Territorial Verde que adopten las medidas necesarias para solucionar o, por lo menos, mitigar la amenaza que esa fachada acristalada representa para las aves.
