La Ertzaintza, junto a las policías locales, ha puesto en marcha del 15 al 21 de diciembre una nueva campaña especial de vigilancia dirigida a prevenir la conducción bajo los efectos del alcohol y las drogas. La iniciativa forma parte del plan anual de seguridad vial, que incluye más de una treintena de campañas orientadas a reducir los accidentes graves y a fomentar comportamientos responsables al volante.
Los controles serán preventivos y obligatorios para todas las personas conductoras que sean requeridas por los agentes, tal y como establece la normativa de tráfico. En el caso del alcohol, se realizarán dos pruebas de aire espirado con un intervalo mínimo de diez minutos, mientras que para las drogas se tomará una muestra de saliva que, en caso de resultado positivo, será confirmada posteriormente en laboratorio. Negarse a someterse a estas pruebas puede acarrear consecuencias penales.
La campaña recuerda que superar los límites legales de alcohol supone sanciones económicas elevadas, pérdida de puntos e incluso la imputación de un delito contra la seguridad vial en los casos más graves. En cuanto a las drogas, un resultado confirmado conlleva una multa de 1.000 euros y la retirada de seis puntos del carné. Además, los vehículos podrán ser inmovilizados si no hay otra persona habilitada para hacerse cargo de la conducción
