Los valores, el indicador de la Marca Personal

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El movimiento se demuestra caminando. Las grandes declaraciones se convierten en papel mojado si no van acompañadas por acciones concretas. Las palabras se las lleva el viento pero los actos se recuerdan.

De nuestro paso por el mundo se recordará lo que hayamos hecho para los demás de manera concreta y tangible; nuestros besos y caricias dejarán huella, nuestras palabras de consuelo harán esbozar una sonrisa o derramar una lágrima, el haber sabido estar al lado de alguien cuando lo necesitaba provocará que nos echen en falta; el no haber respetado a los demás dejará un toque de amargura en el recuerdo, nuestras mentiras posiblemente provoquen compasión por no haber sabido afrontar las situaciones con entereza y la incoherencia entre lo que hemos predicado y vivido creará inicialmente desconcierto y después olvido. La peor manera de ser recordados es que nos olviden.

Descafeinar un sueño, aguar la manera de hacer las cosas, permanecer en las zonas de confort y quedarse estancado es relativamente fácil; moverse en las zonas grises del anonimato y caer fuera del conocimiento, reconocimiento y memoria de los demás es el resultado que podemos esperar si no somos capaces de mantener viva la llama de aquello que da sentido a nuestras vidas y para evitarlo necesitamos un chivato que nos de señales de alarma cada vez que corremos el riesgo de deshumanizarnos.

Al alejarnos de los de los sueños y de los proyectos vitales nos deshumanizamos y nos convertimos en seres vegetativos, tristes y sin chispa.

Los valores son indicadores que nos dan señales de alarma cuando nos alejamos del camino que nos hemos trazado y corremos el riesgo de deshumanizarnos. Son creencias fundamentales para cada uno de nosotros que nos permiten vivir en coherencia con nuestros principios porque traducen al lenguaje del día a día lo que nos hemos propuesto alcanzar en nuestra visión.

Sin valores, misión y visión se convierten en simples declaraciones incapaces de ser llevadas a la práctica y de dejar huella. Los valores son los indicadores básicos de nuestra Marca Personal.

¿Cuántas veces nos hemos encontrado con jefes, compañeros y otra gente próxima que han hecho gala públicamente de apoyar a las personas, de acompañarlas y hacerlas crecer cuando en la práctica las han explotado, impedido crecer y ninguneado?, ¿cuántas veces nos hemos quedado boquiabiertos intentando comprender por qué personas que se autocalificaban, y nosotros considerábamos como buena gente, han actuado de manera contraria a lo que se suponía que eran sus principios? y ¿cuántas veces lo hemos hecho nosotros?.
Cuando dejamos aparcados los valores creamos desconcierto, incertidumbre y desconfianza en los demás y mal de consciencia y sentimiento de culpa en nosotros, porque aunque lo queramos esconder y negar, sabemos que hemos cruzado una línea roja que por definición es infranqueable.

Todos tenemos nuestros propios valores que se alimentan de fuentes universales. Amor, agradecimiento, libertad, igualdad, fraternidad, honestidad, humildad, trabajo, responsabilidad, solidaridad y tolerancia son una muestra pero hay muchos más para incorporar a nuestra Marca Personal.

Los valores no se improvisan y cuando los explicitamos nos damos cuenta de que tienen un alto contenido emocional que se ha ido forjando a lo largo de nuestra vida y que ya impregna nuestra identidad. Los valores son definitorios de nuestra manera ser como individuos pero evolucionan a lo largo de la vida y cobran mayor o menor protagonismo según las etapas por las que estamos pasando.

Para tomar consciencia de cuáles son nuestros valores es bueno que nos proporcionemos una lista, lo más larga posible, de valores universales y vayamos cribándolos primero en un grupo de diez para que finalmente queden los cinco con los que estamos más identificados. Los profesionales de la Marca Personal ayudamos a nuestros clientes a identificar sus valores, a profundizar en ellos y a vivir en coherencia para comunicarlos a través de las acciones cotidianas.

Si la visión nos ayuda a que las decisiones que vamos tomando no se alejen de nuestro sueño los valores nos hacer tocar de pies en el suelo y materializarlo.

Los valores siempre son personales, nadie puede declararlos por nuestra cuenta. Una Marca Personal sin valores es una marca muerta.

Por Jordi Collell. PersonalBrandingQueMarca.