Sitios espectaculares. Geiser Fly, Nevada, Estados Unidos

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El géiser Fly no se formó de forma completamente natural. Después de unas prospecciones en busca de fuentes de energía geotermal en 1964 el lugar no se cerró bien y los minerales licuados se fueron acumulando creando formas extrañas pero hermosas de mil colores. Quizás por esto, el géiser es uno de los mejores ejemplos de la creatividad de la Naturaleza.

Skaycanner.

El Rancho Fly, una gran extensión de terreno desértico al norte del pueblo de Garlich (a unos 800 km al noroeste de Las Vegas), en 1917 se decidió hacer una serie de perforaciones en búsqueda de agua para el riego. La búsqueda fue un éxito, solo que el agua salía casi a 100 grados y, hombre, a no ser que quisieran hacer verdura cocida en el mismo campo de cultivo, aquella fuente no era aprovechable para la agricultura, por lo que se abandonó la perforación.

Las algas le dan su color

Años después, en 1964, conociendo la existencia de las aguas termales en aquel lugar, se hicieron nuevas perforaciones, pero esta vez buscando aprovechar la energía geotérmica que pudiera extraerse de ese agua caliente. No obstante, las catas realizadas dieron que el agua que se extraía tan solo tenía 93’3 grados (200 º F), por lo que el agua no salía suficientemente caliente para su aprovechamiento energético. Visto lo visto, se sellaron los pozos y se abandonaron de nuevo, pero se conoce que algo falló y de uno de ellos empezó a salir agua a presión a metro y medio de altura.

Con tiempo frío se genera vapor

Este géiser improvisado no cesó su actividad y, gracias a la deposición del carbonato cálcico que el agua termal lleva disuelta, empezó a formar un sistema de conos y toda una serie de estructuras calcáreas en forma de terrazas y piscinas de una gran belleza que destacan por sus vivos colores. Colores extraordinariamente fotogénicos fruto del carbonato depositado y de las bacterias y algas termófilas (amantes del agua caliente) que viven alrededor de la surgencia.

Una zona de alto valor ecológico

En la actualidad, el géiser Fly continúa su erupción, y el cono se eleva ya hasta los 3.70 metros de altura y sigue su crecimiento, el cual, de momento, no tiene visos de parar… y que no pare, ya que, a parte del regocijo para la vista, alrededor del géiser se ha formado una zona de una gran riqueza biológica gracias a la continua emisión de agua en medio del desierto. Este detalle, sumado al hecho de encontrarse en una propiedad privada que no permite una visita libre de esta pequeña maravilla de la naturaleza, hacen que a estas alturas podamos disfrutar de un bello géiser que contó con la inestimable ayuda de un error humano para formarse.

Ireneu.