Se buscan cuidadores para una isla deshabitada en Tasmania

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El departamento de Parques y Vida Salvaje de Tasmania está buscando dos candidatos para ser los cuidadores, durante seis meses, de la isla Maatsuyker, un pequeño pedazo de tierra de 460 hectáreas a unos 10 kilómetros de Tasmania.

Se ofrecen dos turnos al año, los interesados podrán trabajar de marzo a septiembre o de septiembre a marzo durante los próximos dos años.

La oferta de empleo establece ciertas condiciones a los candidatos, la primera de ellas es que las dos personas que opten al puesto se conozcan y se lleven bien. Y más les vale, porque la única compañía que encontrarán además de ellos mismos, será la de los pingüinos, las focas y las aves marinas.

El puesto incluye la manutención, el alojamiento y una remuneración económica. Las obligaciones de los empleados serán realizar el mantenimiento de los servicios, áreas verdes, edificios y equipos de la isla, además de estar a cargo de realizar informes sobre las condiciones meteorológicas de la isla. El faro de la isla es automático por lo que se cuidará solito.

El alojamiento es una casa grande con mucho encanto del siglo XIX con cuatro habitaciones y un baño. Sobrarán al menos dos habitaciones porque allí no hay un alma.

Sin televisión, sin teléfono, sin internet… eso sí, los elegidos podrán llevarse un portátil para ver películas conectados a la red eléctrica.

Durante los seis meses del contrato no habrá ningún viaje de vuelta a la civilización salvo que se produjera alguna circunstancia de extrema necesidad. Los alimentos que necesiten los cuidadores de la isla, caerán desde el cielo, desde una avioneta o un helicoptero.

Aún así y “por si acaso” se requiere a los candidatos la capacidad de valerse por ellos mismo y de estar dispuestos a practicar técnicas de supervivencia.

Hoy 30 de enero, se ha cerrado el plazo para apuntarse a esta oferta. Los candidatos seleccionados serán llamados para realizar una entrevista personal en las próximas semanas.

Sin duda un trabajo para aventureros amantes de la naturaleza y de la soledad, y del aislamiento, y del silencio, y de esconderse en uno de los últimos rincones del mundo.