Puigdemont declara y suspende la independencia en 8 segundos, pide diálogo con el Estado

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«Asumo el mandato del pueblo de que Cataluña se convierta en Estado independiente en forma de república».

«Proponemos que el Parlament suspenda los efectos de la declaración de independencia para que en las próximas semanas emprendamos un diálogo sin el cual no es posible una solución acordada. El momento pide una desescalada de la tensión»

La Ley del Referéndum proponía en su artículo 4.4 que el Parlament tenía que declarar la independencia 48 horas más tarde si ganaba el ‘sí’ en el referéndum del 1-O. Y este martes por la tarde, con la comparecencia del President Carles Puigdemont, anunciada para las 6 de la tarde, la expectación era total.

Con el anuncio de que el discurso que se iba a dar en el Parlament se aplazaba una hora y de que la CUP se planteaba no asistir a la sesión una vez que habían conocido el texto que leería Puigdemont, ya se comenzaba a sospechar que la esperada declaración de independencia de Cataluña no se haría efectiva de forma explícita como quería los independentistas más convencidos.

Y así fue, Carles Puigdemont en un discurso que duró 29 minutos y en el cargó las tintas contra el Estado Español y contra la actuación de las Fuerzas de Seguridad el 1-O, declaró que los resultados del referéndum avalaban la independencia de Cataluña pero 8 segundos después comunicaba la suspensión de esta declaración de forma indefinida en favor de abrir diálogo con el Gobierno Central.

«Asumo el mandato del pueblo de que Cataluña se convierta en Estado independiente en forma de república».

«Proponemos que el Parlament suspenda los efectos de la declaración de independencia para que en las próximas semanas emprendamos un diálogo sin el cual no es posible una solución acordada. El momento pide una desescalada de la tensión».

«El conflicto entre Catalunya y España se puede resolver de manera serena y acordada, y por nosotros no quedará».

«Al Gobierno español le pido que escuche».

 

Esta declaración de Independencia, en los términos que se planteaban, no ha convencido a nadie, la oposición en pleno: Ciudadanos, PSC y PP pedían que se celebraran elecciones autonómicas de inmediato y los socios del Govern mostraban su decepción porque la República Independiente de Cataluña no hubiera quedado instaurada de facto como obliga la Ley del Referéndum. Varios miembros de la CUP abandonaban el hemiciclo tras las declaraciones del President.

Las palabras de Puigdemont fueron jaleadas por su grupo parlamentario (Junts pel Sí), pero ninguno de los 10 diputados de la CUP aplaudieron la intervención del president.


Tampoco gustó a las 30.000 personas que se habían acercado a las inmediaciones del Parlament para ver en una gran pantalla instalada para la ocasión, el discurso presidencial. Las caras de decepción de la ciudanía favorable a la independencia se convertían en portada de los medios de comunicación. Tras las palabras de Puigdemont, la mayoría de los congregados comenzaron a marcharse y preguntados por los periodistas, mostraban su desacuerdo con la resolución que acababa de comunicar el Govern.

Desde Moncloa, el Gobierno de Mariano Rajoy ha apuntado que no  «considera admisible hacer una declaración implícita de independencia, para luego dejarla en suspenso de manera explícita».

La declaración de Carles Puigdemont, carente de  efecto jurídico, supone en la práctica una forma de obligar a convocar elecciones.