«Amerikara eta…» un libro que documenta de manera exhaustiva la historia migratoria de la comarca vasca desde la que hubo más desplazamientos

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Esther Korta ha invertido varios años en recoger datos, casa por casa, de los inmigrantes de las localidades de Natxitua, Ea y Bedarona (en la comarca de Lea Artibai, Bizkaia).

En palabras del mismísimo William S. Douglass (fundador junto a Jon Bilbao de los estudios sobre la diáspora vasca) pocas localidades pueden contar con un libro como el de Esther, que para Douglass es «una auténtica joya».

Y, en efecto, en pocos lugares de Euskadi la emigración ha dejado una huella tan profunda como en esa comarca y existen asimismo muy pocos autores que hayan realizado una investigación tan exhaustiva, centrada en el itinerario vital de cada uno de esos inmigrantes de la comarca, que saca a la superficie valiosos datos para que luego en base a ellos  los académicos puedan, entre otras cosas, especular sobre el impacto económico y cultural del retorno de esos inmigrantes, no sólamente en Lea Artibai sino que en toda Euskadi.

«Amerikara eta…» es un libro elemental para adentrarse en la intrahistoria de la diáspora vasca. Porque, al final, hay tantas emigraciones como vascos y vascas emigrados. Y Esther Korta no solo documenta, con profusión de datos y fotografías, la historia vital de cada emigrante de estos pueblos a lo largo de varias generaciones, sino que perfila el impacto de esa emigración tanto en ellos como en el conjunto del País Vasco.

Esther Korta ha llevado a cabo este monumental trabajo porque tiene una historia que contar y lo hace para rendir un tributo de cariño a su familia y al lugar al que pertenece. No en vano procede de una familia de emigrantes; al igual que muchos de su vecinos. El bisabuelo y el abuelo emigraron a América y su padre, Pedro Korta, se marchó a Australia con el hermano.

De ahí el título de la obra “Ameriketara eta…” (“A América y a…”) Porque, como ella señalaba en una ocasión, “¿A qué parte del mundo no ha emigrado la gente de Ea?”. Nos encontramos por lo tanto ante un fértil caudal de historias de emigrantes a los Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Filipinas, Guinea Ecuatorial…