Beatriz Artolazabal destaca los proyectos que impulsa el Gobierno Vasco en materia de protección de las y los niños migrantes

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  • La consejera considera que “una niña o niño migrante no pueden pasar ni un solo minuto en condiciones cuestionables, pendientes de burocracias y carentes de cualquier apoyo”
  • Entre los años 2018 y 2020, 4.539 menores extranjeros sin referente familiar, en su mayoría chicos, tuvieron entrada en los recursos de protección a la infancia de la Comunidad Autónoma de Euskadi
  • El Ejecutivo, de la mano de entidades del Tercer Sector Social y otras instituciones, ha puesto en marcha programas para favorecer la inclusión de estas personas al cumplir la mayoría de edad

Bilbao 15/12/2021

La Consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno Vasco, Beatriz Artolazabal, ha señalado hoy que “una niña o niño migrante no pueden pasar ni un solo minuto en condiciones cuestionables, pendientes de burocracias y carentes de cualquier apoyo”. Es por ello que el Gobierno Vasco promueve en la Unión Europea la propuesta Share y promulga programas y actuaciones, como Trapezistak, para impulsar la integración de las personas jóvenes en nuestra sociedad

Artolazabal, quien ha intervenido esta mañana en el Palacio Euskalduna en el acto de apertura del II Congreso Internacional de Infancia en Movimiento organizado por Save The Children en Bilbao, ha explicado que la propuesta Share es un plan de corresponsabilidad para gestionar entre las Comunidades Autónomas, Gobiernos subestatales y estados europeos, los flujos migratorios. “Esta iniciativa se basa en una clave transversal de distribución del compromiso de acogida e integración ante el reto migratorio en sus diferentes manifestaciones”, ha reivindicado, resaltando que “es una propuesta abierta y permanentemente actualizable”.

La consejera de Igualdad también ha celebrado que recientemente el Gobierno español ha aprobado la reforma del reglamento de extranjería, que favorece la integración de menores y jóvenes ex tutelados. Un nuevo marco legal “imprescindible” para favorecer el acceso al mercado laboral de cientos de jóvenes “y evitar así que caigan en la exclusión social y en situaciones de irregularidad”. Para el Gobierno Vasco la modificación de este Reglamento de Extranjería “va a suponer un gran paso por el impacto positivo que tendrá en la vida de estos niños y niñas que llegan solos y en las empresas que les quieran ofrecer una oportunidad laboral”.

Precisamente, en esta línea de trabajo, el Gobierno Vasco ya viene trabajando desde la legislatura pasada en una estrategia compartida para la inclusión sociolaboral de menores y jóvenes en situación de vulnerabilidad, de la mano de entidades sociales, del ámbito privado e instituciones.

Así, la consejera Artolazabal ha recordado que durante el confinamiento de 2020 ese trabajo compartido cristalizó en el programa Lehen Urratsa y que, en el marco de la estrategia Euskarri, va a dar lugar ahora al programa Trapezistak, un programa para menores sin red familiar cuando cumplen la mayoría de edad y deben abandonar la protección foral. “Trapezistak surge de la colaboración público-social del Gobierno Vasco con entidades del Tercer Sector como las cooperativas Agintzari y Peñascal”, ha destacado la propia consejera.

Artolazabal ha enumerado que entre los años 2018 y 2020, 4.539 menores extranjeros sin referente familiar, en su mayoría chicos, tuvieron entrada en los recursos de protección a la infancia de la Comunidad Autónoma de Euskadi. “Sabemos que los retos migratorios constituyen una interpelación ética a la solidaridad a la que tanto la sociedad vasca como sus instituciones debemos seguir dando respuesta”.

Porque las problemáticas relacionadas con la vulnerabilidad de los menores y de la juventud extranjera sin referentes familiares constituyen un reto de país en 2 vertientes prioritarias, según la consejera: “en primer lugar, se trata de un reto ético y de presente el responder a esta realidad de desamparo y sufrimiento de estos menores; y en segundo, se trata de un reto de igualdad y de futuro. Porque este sufrimiento presente se proyecta al futuro como incertidumbre y riesgo de exclusión. Y este es un reto que afecta a las personas menores y jóvenes pero también al conjunto de la sociedad vasca y a su propio progreso”.