El coste de acceso a la vivienda libre en 2020: una persona asalariada, de 18 a 34 años de edad, destinaba más de la mitad de su salario neto mensual al pago de la primera mensualidad de la hipoteca o de la renta de alquiler

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  • El Observatorio Vasco de la Juventud analiza “el coste de la emancipación residencial en Euskadi, 2020”
  • El coste de acceso a la vivienda libre en propiedad, en 2020, era del 58,7 % y en alquiler del 54,7 %
  • La vivienda protegida presenta costes de acceso más asumibles para la juventud asalariada
  • Las desigualdades salariales entre hombres y mujeres jóvenes implican mayores dificultades de emancipación en solitario para ellas

 VG 19 12 2021

El coste de acceso a la vivienda libre en propiedad, o porcentaje de salario neto mensual que una persona asalariada de 18 a 34 años de edad debería destinar al pago de la primera mensualidad de la hipoteca para la compra de una vivienda en el mercado libre, fue del 58,7% en el año 2020.

 El coste de acceso a la vivienda libre en alquiler, o porcentaje del salario neto mensual que una persona joven asalariada debería destinar al pago de la renta de alquiler era del 54,7 % ese mismo año. Estas cifras están por encima del límite máximo aconsejado de endeudamiento, que suele fijarse en el 30 % del salario.

 El Observatorio Vasco de la Juventud, del Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno Vasco, ha elaborado el informe “El coste de la emancipación residencial juvenil en Euskadi 2020”, que analiza cuánto le cuesta, teóricamente, a una persona joven asalariada, de entre 18 y 34 años de edad, emanciparse sola, bien sea comprando o alquilando la vivienda.

 Para ello, el Observatorio calcula doce indicadores que reflejan el coste teórico de acceso a la vivienda libre y a la vivienda protegida, tanto en propiedad como en alquiler. Se trata de un coste teórico porque se parte de los precios medios de las viviendas en venta o alquiler, de los salarios medios de la juventud y de las condiciones estándar de los préstamos hipotecarios -en el caso de optar por la compra-, obviando las casuísticas individuales.

 La vivienda protegida presenta costes de acceso más asumibles para la juventud asalariada. En 2020 la compra de una vivienda protegida en solitario suponía destinar el 28,9 % del salario neto mensual al pago de la hipoteca, y alquilar un piso protegido implicaba destinar el 27,2 % del salario neto al pago de la renta de alquiler mensual.

 Sin embargo, el análisis por colectivos muestra diferencias sustanciales: la juventud de Gipuzkoa es la que debe afrontar mayores costes si accede al mercado libre, sobre todo para comprar, debido a la mayor carestía de la vivienda libre en ese Territorio.

 A medida que aumenta la edad también lo hacen los salarios y, por tanto, el coste de acceso es menor, tanto si se opta por comprar como por alquilar. Aun así, el mercado libre coloca también a las personas de 30 a 34 años en situación de sobreendeudamiento para el pago de la vivienda.

 Las desigualdades salariales entre hombres y mujeres jóvenes implican mayores dificultades de emancipación en solitario para las mujeres.