La Vía Laietana esconde dos paradas de metro “fantasmas”

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la-foto-5-1024x768Las dos estaciones se encuentran en un túnel que empezó a construirse hace cien años, cuando se ejecutó la reforma urbanística que supuso el nacimiento de la Vía Laietana. Aunque todavía no existía ningún proyecto de metro aprobado, se perforó el subsuelo y se construyeron dos túneles que posteriormente se cubrieron.

La estación inacabada

Más de una década después, y ya con el primer metro en funcionamiento, empezó a construirse en estos túneles una parada que popularmente se bautizó con el nombre de Banc. Las obras, sin embargo, nunca se acabaron, y se excavaron poco más de 30 metros de longitud.

Los ingenieros de la época cometieron graves errores de cálculo. Según el experto en historia ferroviaria, Àlex Reyes, construyeron los andenes al nivel del suelo porque pensaban que el metro sería como un tranvía soterrado. No tuvieron en cuenta la maquinaría inferior que llevaba y posteriormente se vieron obligados a excavar todo el nivel de las vías para que pudieran transitar.

Otro ejemplo es la escalera que todavía se conserva, y que hoy presenta un aspecto fantasmagórico. La curiosidad es que no lleva a ningún sitio, porque tampoco se abrieron nunca los accesos exteriores.

La estación inacabada se encuentra justo debajo del actual edificio de Catalunya Caixa, entre las paradas de Urquinaona y Jaume I. Su espacio se utiliza a menudo para guardar material.

Los tesoros de la parada de Correus

Avanzando unos 300 metros en sentido mar y aprovechando el mismo túnel, se construyó otra parada, la de Correus (Vía Laietana, entre la calle de Àngel J. Baixeras y la plaza de Antonio López, delante del edificio de Correos). Se inauguró el 20 de febrero de 1934 y formaba parte del tramo de la línea 3 conocido como el ramal Aragó-Correus del Gran Metro de Barcelona.

Contaba con dos naves paralelas con una longitud de unos 60 metros, y el andén medía menos de 2 metros de ancho. En palabras del historiador Dani Cortijo: “Una de las cosas que tiene la estación y que la hace más mágica es esta especie de presencia humana. El hecho de que haya carteles para las elecciones y anuncios nos hace pensar mucho más en una estación como las de ahora”. Porque todavía hoy se conservan carteles publicitarios de los últimos años, con imágenes de políticos, tiendas de muebles, productos alimenticios…

Además, fue una estación pionera en cuanto a la iluminación. Según explica Gustau Lamadrid, en este artículo en el Hora punta, “en julio de 1946 estuvo dotada de luces fluorescentes, y fue la primera instalación pública que las tuvo de todo el Estado español“. Posteriormente, fue remodelada en dos ocasiones más: en 1949 para alargar los andenes y en 1956 para renovar la decoración de las paredes con baldosas de color gris “metro”, suelo de loseta y techo pintado de blanco.

La parada de Correus quedó en desuso en 1972 con motivo de la prolongación de la actual línea 4 de metro, pero no es la única. En Barcelona hay tres estaciones “fantasmas” más: Gaudí, Fernando y Bordeta. Según recuerda Reyes: “Las redes de metro acostumbran a proyectarse con unas necesidades, pero con el paso del tiempo cambian y, si algunas quedaron muy juntas, se opta por anular la de en medio”.

Si sientes curiosidad por estas dos paradas fantasmas que te mostramos, estate atento cuando pases, con la línea 4, entre las paradas de metro de Urquinaona y Barceloneta.