Detenido el guardia civil atrincherado en Aldaia, sufría un brote psicótico

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Un guardia civil de Valencia ha sido detenido esta madrugada después de permanecer cinco horas atrincherado en su casa, en Aldaia, tras realizar doce disparos presuntamente con su arma reglamentaria cuando la Policía Nacional acudió a su domicilio.

El agente, de 33 años y destinado en el puerto de Valencia, se entregó sin ofrecer resistencia pasadas las cinco de la madrugada, y media hora después fue trasladado en una ambulancia del SAMU al Hospital General.

La Policía Nacional y Local de Aldaia habían ido al domicilio del agente poco antes de las doce de la noche tras recibir un aviso del propio guardia civil, quien, en estado de gran excitación, aseguraba que unos hombres le estaban apuñalando.

Cuando se personaron en su domicilio, abrió fuego sobre los primeros agentes de la comisaría de Xirivella, que pudieron rescatar a la novia del guardia civil, que se encontraba con él en el interior de la vivienda.
A partir de ese momento, el agente, que realizó una docena de disparos sin herir a nadie, se encerró en el domicilio, lo que obligó a poner en marcha el dispositivo habitual, con un negociador y los agentes especializados en asaltos del Grupo Operativo Especial de Seguridad (GOES).

Durante el asedio al domicilio del agente, la Policía Nacional ha solicitado al Ayuntamiento que quitaran todas las luces del barrio. La situación se ha prolongado hasta las 5.20 horas, cuando los GOES finalmente asaltaron la vivienda, y encontraron al guardia civil tendido en el suelo, aparentemente adormilado.

Una vez controlada la situación, entró el equipo médico del SAMU, que aplicó un tratamiento de choque al hombre antes de evacuarlo al citado centro hospitalario, donde ha quedado ingresado en calidad de detenido y bajo custodia policial.

El arrestado se encontraba de baja por una enfermedad común sin implicaciones psicológicas, por lo que conservaba sus armas. La Policía Nacional, que ha asumido la investigación, se incautó del arma, de los casquillos y de diversas sustancias halladas en la vivienda. Todo apunta a un posible brote psicótico derivado del consumo de alcohol y drogas aún por determinar.