Un oso ataca a un joven en Campoo

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El herido, vecino de Villaescusa, se vio sorprendido por el animal cuando sacaba fotos en una zona de senderistas del monte de El Bardal.

Un joven de 35 años, vecino de Villaescusa, Campoo de En medio, fue atacado este miércoles por un oso pardo en el monte de El Bardal cuando se encontraba en un bosque de las inmediaciones sacando fotos.

El joven caminaba por un tramo muy transitado por senderistas entre las localidades de Izara y Villaescusa haciendo fotos. Cerca de las ocho de la tarde, oyó un ruido a su izquierda y se vio sorprendido por un oso adulto que se abalanzaba sobre él. El plantígrado le mordió en el brazo, después le lanzó un zarpazo que le rozó en la cara y en el cuello y se internó de nuevo en el bosque.

Un vecino de Villaescusa lo encontró caminando con mucha dificultad para regresar a su domicilio y le prestó ayuda hasta que llegaron los servicios de emergencia.

Primero fue trasladado al Hospital Tres Mares (Reinosa), pero desde allí decidieron evacuarlo a Santander para que fuera atendido en la Unidad de Politrauma del Hospital de Valdecilla, donde fue operado del desgarro que sufrió por el mordisco del oso.

«Todo apunta a que se ha tratado de una carga rápida de un animal que se ha visto amenazado y que se ha quitado el problema de en medio. Actúan así», precisó Guillermo Palomero, presidente de la Fundación Oso Pardo, tras conocer el desafortunado suceso. Los expertos señalan que, efectivamente, esta zona del monte de El Bardal es muy frecuentada por montañeros arrastrados por la belleza del entorno, pero también les gusta a los osos. «Cada vez más», reconoció Palomero. El año pasado, de hecho, se detectó por primera vez en la zona la presencia de una osa con crías.

«Lo que corresponde ahora es mandar a los guardas forestales a tomar muestras genéticas para identificar al animal y tratar de averiguar por qué ha ocurrido algo tan grave e infrecuente», reclamó el presidente de la Asociación Oso Pardo antes de insistir en que «se dan muy pocos casos como este y, en todo caso, ocurren porque el oso se ha sentido amenazado».

La primera hipótesis que se manejaba en el entorno de Villaescusa apunta a que el joven atacado podría haberse acercado demasiado y de manera inconsciente a una cría de oso, provocando sin querer el ataque. Los expertos no descartan tampoco que la carga del animal respondiera a un período de celo.