El Sevilla FC celebra este miércoles el CX aniversario de su oficialización

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12 títulos nacionales e internacionales y 72 años en Primera División le convierten en el club más laureado y trascendente de Andalucía, con una fiel afición que siempre ha sabido acompañarle

El Sevilla FC celebra este miércoles el CX aniversario de su oficialización, que data del 14 de octubre de 1905. Y lo hace con un título más, conquistado el pasado 27 de mayo en Varsovia. Un título más que da aún mayor lustre a una historia de grandeza y orgullo que ha hecho del club de Nervión uno de los embajadores más brillantes de Andalucía a lo largo y ancho del mundo.

El 14 de octubre de 1905, como canta El Arrebato, nació oficialmente una ilusión que tomó de nombre el de su madre, la ciudad de Sevilla. Lo que en aquella época era un deporte mal visto y rechazado por las altas esferas sociales, hoy es parte consustancial de Sevilla, siendo el Sevilla FC el club que más logros deportivos ha obtenido para ella y para toda la comunidad autónoma andaluza.

110 años con un bagaje notable: 12 títulos -nacionales e internacionales-, 18 Copas de Andalucía y, con ésta, 72 temporadas en Primera de 85 posibles. Sexto mejor equipo en el histórico de la Liga. Campeón de Liga. Cinco veces campeón de Copa. Campeón de campeones en la Europa League, con hasta cuatro títulos. Campeón de la Supercopa de España. Campeón de la Supercopa de Europa.

Santiago Bernabéu, Montjuic, Chamartín, Camp Nou, Mónaco, Eindhoven, Hampden Park, Juventus Stadium, Estadio Nacional de Varsovia… En todas estas plazas el Sevilla izó victorioso su bandera, insuflando mística y leyenda a su más que centenaria trayectoria. Sin embargo, no todo ha sido gloria en su discurrir. Ha habido momentos complicados, periodos de mediocridad casi crónica que llevaron al equipo a una sequía de títulos de casi seis décadas -1948-2006-, con descensos y tragos amargos, con aquel partido a vida o muerte en Linares en la que el equipo se jugaba su permanencia en Segunda, o con aquel verano del 95 en el que sólo la pasión del sevillismo evitó un descenso administrativo a Segunda B ya consumado.
En todos esos momentos críticos y anodinos, el sevillismo sostuvo al club tirando del del mayor título que existe, el orgullo de ser ser sevillista. Y sobre esa base social fiel e infatigable se han levantado los éxitos que ha traído el nuevo siglo y que han devuelto a Nervión la grandeza de la primera mitad del siglo anterior.
El sevillismo siempre estuvo, está y estará. En el Campo del Mercantil, en el Reina Victoria, en el Viejo Nervión y en el Ramón Sánchez-Pizjuán. En todos sitios, de la misma forma, llevando en volandas al equipo, empujando ‘palante’ a los chicos de Nervión y manteniendo viva la pasión que alumbra un sentimiento de un amor que cada año es más verdadero. Porque amar al Sevilla, a sus colores, es amar de verdad.