La Condesa de la Vega del Pozo ‘regresa’ a Dicastillo un siglo después

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Blanca Sagasti, doctora en Conservación y Restauración de Bienes Culturales, investigadora de tecnologías aplicadas al arte, directora de Sagarte -empresa dedicada a la restauración del patrimonio artístico de Navarra-, presenta el libro ‘De la casa familiar de los López de Dicastillo al Palacio de la Condesa de la Vega del Pozo’, en el que relata las circunstancias que llevaron a una mujer Grande de España a erigir a finales del siglo XIX un impresionante complejo castelar en la Villa de Dicastillo, en pleno corazón de Tierra Estella.

Las vivencias de Blanca Sagasti durante su niñez, creciendo junto a un palacio de estilo neogótico, jugando en su parque -que llegó a albergar más de 2.000 especies diferentes de plantas y árboles-, recordando parajes como el de la tumba del perro Merlín -un extraordinario mausoleo obra de Mariano Benlliure-, suscitaron su interés y le animaron a investigar durante más un año alrededor de los orígenes navarros de Dña. María Diega Desmaissières y Sevillano, Condesa de la Vega del Pozo y Vizcondesa de Jorbalán, entre otros títulos nobiliarios, y su relación con sus antepasados, los López de Dicastillo, ahora que se conmemora el centenario de su muerte, acaecida en Burdeos (Francia) el 9 de marzo de 1916.

A finales del siglo XIX la Condesa de la Vega del Pozo era la heredera de una gran fortuna procedente de dos grandes familias aristócratas. Con tierras y propiedades en Madrid, Guadalajara, Córdoba y Navarra, heredó hacienda y una casa familiar en ruinas en Dicastillo. La condesa decidió restaurar la vieja casa familiar (que sería finalmente derribada) y construir junto a ella un castillo-palacio majestuoso contando con los más ilustres arquitectos del momento, las mejores manufacturas de España y del resto de Europa y la decoración más sofisticada de la época. Dicastillo se convirtió en un punto de parada intermedia en sus viajes entre Madrid y Burdeos, donde poseía grandes viñedos y bodegas. Soltera, piadosa, culta, benefactora, arregló la iglesia parroquial de Dicastillo -entre otras actuaciones- y dio trabajo a decenas de personas tanto en el palacio como en las tierras de su propiedad.

La relación de la condesa con D. Laureano Landa –años después alcalde de Estella- fue trascendental para recuperar ahora material diverso merced a la generosidad de sus descendientes (cartas, fotografías, invitaciones, documentos varios…) indispensables para una publicación que Blanca Sagasti presentará oficialmente el 27 de febrero en el Centro Cívico Joaquín Madurga de Dicastillo y con la que pretende dar proyección a la localidad, poniendo en valor un edificio, un entorno y una historia apasionantes.

Dña. Mª Diega Desmaissières y Sevillano murió sin descendencia y sin testar. Su herencia se complicó durante años en interminables procesos judiciales y el castillo inició un progresivo declive. El palacio llegó a ser colegio-seminario de la Orden de Don Orione, carpintería, hotel rural, restaurante y bodega en el interior de su recinto amurallado. Recientemente reformado por completo, en la actualidad se encuentra, de nuevo, ante un incierto porvenir.