6 secretos para ir bien acompañado

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Dice un viejo proverbio que si caminas solo irás más rápido, pero si caminas acompañado llegarás más lejos. Unir fuerzas y esfuerzos con otras personas para alcanzar un objetivo común es de entrada, una opción atractiva que nos puede permitir conseguir metas que yendo en solitario, podrían resultar más difíciles y costosas. Pero también conlleva sus riesgos que deben ser valorados porque una mala elección de los compañeros de viaje, nos puede conducir hacia una vía muerta.

Nuestra vida personal y profesional es un camino que está compuesto de muchas etapas y en cada una de ellas podemos escoger ir solos o en compañía en función de los objetivos que queramos conseguir. Una alianza para que funcione debe ser capaz de potenciar las propuestas de valor individuales para que el todo sea mayor que la suma de las partes.

En mi camino profesional he vivido alianzas que han funcionado, otras que han resultado un auténtico desastre y algunas que, pudiendo haber sido exitosas, se han muerto por agotamiento. De todas estas situaciones he aprendido que para que una alianza funcione debe cumplir por lo menos las siguientes características:

Que sea necesaria. Muchas veces buscamos compañía para hacer aquello que podríamos hacer solos y que no nos atrevemos a hacerlo ya sea por falta de confianza en nosotros o por miedo o por no haber valorado suficientemente nuestras propias competencias y talentos. Las preguntas clave son ¿Porqué necesito ir acompañado? y ¿En qué se refuerza mi propuesta de valor con esta alianza?. El autoconocimiento es una herramienta fundamental en esta fase inicial.

Escoger adecuadamente a los compañeros de viaje. No se trata solamente de que nos puedan aportar un valor adicional si no que es necesario que tengamos información de las personas con las que vamos a hacer ruta. Las elecciones a priori o los flechazos pueden tener malas consecuencias. Las preguntas que nos podemos hacer son ¿Tienen mis posibles socios un historial de alianzas positivo? ¿Ha habido en el pasado situaciones de fracaso que deba tener en cuenta para tomar la decisión?. Informarse es imprescindible porque aliarse con alguien que tiene detrás suyo una ristra de malas experiencias nos debería hacer reflexionar.

Se trata de ganar-ganar. Todas las partes tienen que ganar y para ello tienen que hacer aportaciones equivalentes. Cuando se produce un desequilibrio y una de las partes aporta menos o quiere recibir más que los demás la alianza peligra. Como norma general los aprovechados no tienen cabida. Preguntémonos ¿Qué gano? y ¿Qué aporto?. No demos nada por supuesto.

Con reglas claras. Hay que dejar muy claro como hemos de funcionar y también cómo y en qué supuestos debemos acabar el recorrido juntos. Una alianza nace con ilusión y se disuelve con dolor. Cuando las cosas no funcionan es más complicado tener la mente clara, por lo que es importante prever la manera en que se pueda poner fin sin que se generen litigios innecesarios. Anticiparse a los acontecimientos no es ser agorero, es ser previsor. Si algún socio se muestra reacio preguntémonos si nos interesa continuar porque puede ir con malas intenciones.

Valores de Marca Personal compartidos. Aunque el objetivo sea común el fin no justifica los medios. Y la unión de personas con métodos basados en valores dispares puede lastrar la percepción del entorno y debilitar la marca de algunos participantes. Es claro que si nos aliamos con personas sin escrúpulos podemos ser percibidos de igual manera. Para ello es necesario que nosotros tengamos claros nuestros valores y los pongamos en común con los futuros socios.

Divertida: Mi experiencia me demuestra que cuando nos lo pasamos bien las cosas funcionan mejor. Cuando afloran los malos rollos y las recriminaciones vale la pena entrar en cuarentena y aplicar cirugía.

Cuando pensemos en aliarnos con alguien hagamos una valoración inicial potente, revisemos periódicamente los resultados y seguro que llegaremos muy lejos.

Por Jordi Collell. PersonalBrandingQueMarca.