El Gobierno Vasco reconoce a 35 víctimas acreditadas de la violencia por motivos políticos en un solemne y emotivo acto

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  • La consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, preside el acto de entrega a las víctimas de las resoluciones, celebrado en el Palacio Euskalduna de Bilbao
  • Una treintena de afectados directos o familiares recoge en mano la documentación con el dictamen y la resolución
  • “Fuisteis víctimas de graves vulneraciones de derechos humanos; fuisteis víctimas de una violencia injusta, y sois, como todas las víctimas de la violencia y de vulneraciones de derechos, víctimas de primera”, les ha dicho la consejera Artolazabal

Bilbao, 26/06/2021

Alrededor de dos centenares de personas se han reunido hoy en el Palacio Euskalduna en un solemne y emotivo acto de reconocimiento a 35 víctimas de la violencia por motivos políticos en Euskadi entre 1960 y 1985. “Memoria, verdad, reconocimiento, reparación y garantía de no repetición”, ha enumerado la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, como reflejo de los principios del Gobierno Vasco en relación a la vulneración de los derechos humanos. Artolazabal ha recordado, además, que la celebración de este evento coincide con el Día Internacional de Apoyo a las Víctimas de Tortura.

Hoy se ha reconocido a 35 víctimas de entre los centenares de expedientes que ha recibido la Comisión de Valoración para el reconocimiento y reparación de las víctimas de vulneraciones de derechos humanos en el contexto de la violencia de motivación política en la CAV.

El acto en el Palacio Euskalduna ha estado presentado por Iban Garate y ha contado con la participación de 30 víctimas directas o familiares de las personas acreditadas, representantes de los principales grupos parlamentarios como Iñigo Iturrate, Julen Arzuaga, Idoia Mendia y Miren Gorrotxategi, así como las personas integrantes de la Comisión de Valoración.

Asimismo, Beatriz Artolazabal ha estado acompañada por el viceconsejero Jose Antonio Rodríguez Ranz; su directora, Monika Hernando, y la directora del Instituto Vasco de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos-Gogora, Aintzane Ezenarro.

“Solo vosotros y vosotras sabéis lo que pasasteis. Habéis tenido que soportar un dolor más intenso: el del paso del tiempo, del olvido, del silencio y de la negación.  Restaurando y proclamando la verdad, vuestra verdad, que ha de ser la verdad social, la verdad de todos y todas. No más silencio.”, ha dicho Artolazabal dirigiéndose a las víctimas.

La consejera se ha mostrado categórica a la hora de reconocer que fueron “víctimas de graves vulneraciones de derechos humanos; fuisteis víctimas de una violencia injusta, y sois, como todas las víctimas de la violencia y de vulneraciones de derechos, víctimas de primera; porque no hay víctimas de segunda”.

Junto a ello, Beatriz Artolazabal ha tenido unas palabras de reconocimiento para las personas que forman parte de la Comisión de Valoración, integrada por juristas, médicos, psicólogas, forenses e historiadores, entre otros. “Mila esker, por vuestro trabajo, por vuestra dedicación, por vuestro rigor y por vuestra profesionalidad. Sois la mejor garantía de la protección de los derechos humanos y la construcción de la memoria reciente de este país”, les ha dicho.

En el inicio de su intervención, la consejera ha invitado a los y las presentes a guardar un minuto de silencio en memoria de las víctimas ya fallecidas. En este sentido, ha citado expresamente a “Koldo Arriola, Felipe Suárez y Felipe Carro, muertos a manos de la Guardia Civil”; y a “Felipe Laraudogoitia, María Josefa Bilbao, Mikel Azpillaga, José Mari Madariaga, Juan Mari Zuloaga, Ion Arretxe e Idoia Aierbe, ya fallecidos, que no han podido ver restaurada su verdad y su dignidad”.

Tras la consejera ha tomado la palabra la letrada Juana Balmaseda, presidenta de la Comisión de Valoración, quien ha tenido unas emotivas palabras para las víctimas. Balmaseda se ha dirigido a ellas con empatía y ha hablado de “compromiso” en su trabajo y de “respeto al sufrimiento”. Asimismo, ha agradecido la confianza recibida por las propias víctimas para “recibir y escuchar su verdad”.

“En la Comisión de Valoración somos conscientes de la individualidad de cada caso y respetamos enormemente su particular sufrimiento y dolor”, ha dicho, al tiempo que ha recordado que esta es la primera fase de un trabajo desde que se pusiera en práctica la Ley, que abarcará casos hasta 1999, aunque ha iniciado su trabajo con solicitudes repescadas de la anterior norma que concluía en 1978.    

Tras las intervenciones, se ha procedido a la entrega de las correspondientes carpetas con la resolución y el dictamen de cada caso. Así, se ha ido llamando por orden alfabético a las 30 personas presentes en la sala del Palacio Euskalduna.

Tras una dantza especial interpretada por Kukai Dantza, grupo que ha ofrecido varias actuaciones, han tomado la palabra las y los verdaderos protagonistas del acto: las víctimas.

Así, Ibon Garate ha puesto el micrófono sobre tres historias, tres víctimas reconocidas, que han contado sus experiencias con el dolor a través de estos años. Han intervenido Belén Matabuena, natural de Balmaseda, que se define como “mujer, vasca y trabajadora”. En 1973, la Policía entró en su domicilio y fue detenida, junto a otras compañeras de piso. Denunció torturas durante los tres días que estuvo en comisaría. Dos años después volvió a ser detenida y, de nuevo, se sucedieron las agresiones físicas. Muchas de las amenazas y malos tratos que soportó se produjeron utilizando su condición de mujer.

También se ha conocido la historia de Inés Barayazarra, nacida en Meñaka, aunque residente en Bakio. Tenía 23 años la primera vez que la detuvieron. Era 1972, más tarde dos arrestos más se repetirían en 1975, como también lo hicieron las torturas, los malos tratos y las amenazas, que se extendieron a su hermana Pilar. El acto de hoy también le ha acreditado como víctima de la violencia por motivación política.

Felipe Suárez Delgado, en voz de su hija Noelia Suárez Pérez, ha protagonizado la tercera historia. Felipe padre tenía 29 años y volvía a Zestoa en coche junto a un amigo cuando de pronto la Guardia Civil ametralló el vehículo. Según los testigos, en el lugar del ametrallamiento no había ninguna señalización que indicara que había un control policial, ni tampoco les dieron el alto. El amigo de Felipe resultó herido, pero él falleció al día siguiente con una herida de bala en la cabeza. Era el 10 de abril de 1976. 

Una nueva actuación de Kukai y una foto de familia con víctimas y la Comisión de Valoración han dado por concluido el acto.