El paro sube en enero en 1.099 personas y se cierra el mes con 115.944 desempleados

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El dato hoy en Euskadi es de 115.944 personas que buscan empleo y no lo encuentran. Son 1.099 más que el mes pasado, y 14.786 menos que en enero de 2021, incluso 1.705 menos que en enero de 2020, antes de la pandemia.  Estas son las dos caras de la misma realidad del empleo en Euskadi: la de un aumento del paro en enero, como suele ocurrir este mes, y un descenso continuo y consistente a lo largo de esta crisis.

Y también se presenta otra doble realidad en cuanto a los sectores y personas afectadas por este aumento del paro: se da exclusivamente en el sector servicios y esencialmente entre mujeres, mientras que desciende en la industria y la construcción y entre los hombres. Por tanto, nos seguimos enfrentando a déficits estructurales de nuestro mercado laboral.

Porque en enero es habitual el incremento del desempleo. Ocurre siempre, sin excepciones, incluso en los años previos a la crisis financiera de hace una década en los que se rozaban cifras de pleno empleo. Y ocurre porque es el mes en el que finalizan contratos suscritos por las campañas navideñas. Y esa circunstancia es la que se refleja en ese desequilibrio entre sectores, pero también en que los servicios están especialmente feminizados.

Si nos detenemos en las franjas de edad, el aumento es especialmente significativo entre los mayores de 45 años. Las diferencias no son especialmente relevantes en cuanto a los Territorios. Y en cuanto a las contrataciones, repuntan las indefinidas, y aunque sigue siendo un índice bajo, suponen el 11,89 por ciento del total. Este dato tiene que ver precisamente con los sectores en los que ha descendido el desempleo, que tienden a ofrecer empleo más estable frente al de servicios. Y habrá que analizar todavía el impacto de la entrada en vigor del real decreto de medidas urgentes para la estabilidad en el empleo que se debe avalar mañana en el Congreso.

En cuanto a la afiliación a la Seguridad Social, el descenso es también el que se produce históricamente en este mes, sin que sea un indicador sobre lo que ocurrirá el resto del ejercicio. El año pasado esa bajada fue algo mayor (-8.248) y, sin embargo, se cerró en diciembre con la cifra de afiliación más elevada desde 2008. De hecho, el número de personas afiliadas es este enero similar al de las que había en enero de 2008 (977.327 entonces). Por último, con respecto a la RGI, apenas hay variaciones, con seis personas titulares más.

Todas estas variaciones se han producido en un mes donde no han dejado de acompañar incógnitas que afectan a las decisiones de contratación y que, al parecer, no van a dejar de acompañarnos en el futuro, y es algo que valoramos en las acciones que impulsamos desde el Departamento. El año 2021 estuvo marcado por sucesivas olas de la pandemia y cambios en las restricciones, pero también por la subida de los precios energéticos o los problemas de suministro, y a pesar de ello, conseguimos cerrar el año con un descenso importantísimo en el número de desempleados, tanto en Euskadi como en el conjunto de España, que situó de nuevo a nuestra Comunidad con la tasa de paro más baja del país.

Este mes de enero se han sumado incertidumbres geopolíticas internacionales, y también los debates políticos que han rodeado al acuerdo alcanzado en la Mesa de Dialogo Social sobre el marco laboral por Gobierno, patronal y sindicatos. Y todo influye en las decisiones de contratación.

Por tanto, desde el rigor de las valoraciones que venimos aplicando en este Departamento en todo momento, consideramos que todo aumento de paro es una mala noticia, aunque sea algo habitual en el mes. Pero a la vez la evolución confirma un descenso progresivo, con 30.506 personas en paro menos que en lo peor de esta crisis, en agosto de 2020, con el número de personas desempleadas un mes de enero más bajo desde 2009.

Y este dato también nos confirma que la capacidad de resistencia y recuperación es consistente, pero que arrastramos déficits, especialmente los referidos a la temporalidad y la parcialidad no deseada, que se deben atajar con un marco laboral estable. Un marco que contemple la contratación indefinida por defecto y el despido como última opción, marco que se vota este jueves en el Congreso de los Diputados.