Emakunde publica un informe con claves para abordar la pandemia teniendo en cuenta la perspectiva de género

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Emakunde-Instituto Vasco de la Mujer ha hecho público el informe La igualdad en época de pandemia. El impacto de la COVID-19 desde la perspectiva de géneroen el que ofrece a los distintos agentes socioeconómicos claves que ayuden a comprender mejor cómo y por qué́ la pandemia de la COVID-19 impacta de manera diferente en mujeres y hombres, así como recomendaciones para adecuar las respuestas considerando la perspectiva degénero. Todo ello, a fin de que las medidas que se adopten en el corto, medio y largo plazo sean lo más efectivas posibles, tanto para las mujeres como para los hombres, y no se deje a nadie atrás, de acuerdo con el compromiso recogido en la Agenda Euskadi Basque Country 2030 de Desarrollo Sostenible.

Este informe da continuidad a un trabajo iniciado por Emakunde y las instituciones públicas vascas al comienzo de la pandemia, dando, por un lado, respuesta a las necesidades sanitarias, tratando de garantizar el funcionamiento de los servicios de atención para los casos de violencia machista contra las mujeres y el acceso a dichos servicios de todas las víctimas considerando su diversidad y adoptando medidas en otros ámbitos distintos a la violencia machista.                       

Con este informe Emakunde quiere ofrecer un análisis que incluya la mirada de género, que ayude a comprender mejor cómo y por qué́ la pandemia de la COVID-19 impacta de manera diferente en mujeres y hombres, no sólo en términos de prevalencia de la enfermedad, sino en clave de consecuencias en el empleo, en los niveles de exclusión social, bienestar emocional, en las relaciones familiares, en la asunción de los cuidados, etc. El informe se estructura en diferentes apartados que buscan ofrecer un acercamiento a la realidad desde esta óptica multidimensional. Además, incluye una serie de recomendaciones que señalan el camino a seguir por parte de todos los agentes socioeconómicos implicados en los distintos ámbitos de la sociedad.

Así, el informe,  por ejemplo, evidencia una “re-familiarización” en el ámbito de los cuidados lo que, fruto de la desigual distribución de las tareas de cuidados en el ámbito del hogar preexistente, ha tenido un impacto asimétrico y ha afectado, sobre todo, a las mujeres. Un impacto desigual que se ha visto reflejado también en el ámbito del trabajo, ya que sectores feminizados (como enfermeras, auxiliares de enfermería, limpiadoras, empleadas en residencias de personas mayores, celadoras, o auxiliares administrativos) han tenido que desarrollar su actividad de forma más intensa de lo habitual, enfrentando riesgos psicosociales mayores, a la vez que han visto aumentar la carga del trabajo no remunerado en sus hogares.

Por otro lado, señala que no se puede olvidar, que tal y como ha señalado la Organización Internacional del Trabajo en relación al impacto de COVID-19 en el mercado del trabajo, éste ha sido más grave entre las mujeres trabajadoras que entre los hombres al estar relacionado con su sobre-representación en algunos de los sectores económicos más afectados por la crisis, tales como la hostelería, la restauración o el comercio.

En cuanto a la violencia contra las mujeres, las medidas sanitarias de prevención y de mitigación de la propagación de la COVID-19 han llevado a las víctimas que convivían con los agresores a pasar largos periodos de tiempo con posibilidades más restringidas de salir de sus hogares o de buscar ayuda social o institucional.

En palabras de la directora de Emakunde, Izaskun Landaida, “reconocer que la pandemia de la COVID-19  y sus impactos afecta de manera distinta a mujeres y hombres es clave para asegurar una respuesta eficaz, centrada en las personas y sensible al género con el claro objetivo de no dejar a nadie atrás.