La UVa y la DGT lanzan una campaña sobre el uso de drogas y medicinas al volante

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La iniciativa pretende concienciar a los profesionales sanitarios para que prescriban medicamentos que afecten lo menos posible a la aptitud para conducir de sus pacientes. La campaña, que también está dirigida a pacientes drogodependientes, publicará trimestralmente un folleto para alertar de los riesgos que implica conducir bajo determinadas sustancias: opiáceos, cocaína y estimulantes, alcohol y cannabis.

El Centro de Estudios sobre Alcohol y Drogas de la Universidad de Valladolid (UVa), junto con la Dirección General de Tráfico (DGT), ha puesto en marcha una campaña para sensibilizar e informar a los médicos y otros profesionales sanitarios que tratan a pacientes drogodependientes sobre los estupefacientes y su efecto en la conducción de vehículos. Además, se les ofrece un tríptico informativo para que entreguen a sus pacientes sobre cómo las distintas drogas, y los trastornos por uso de sustancias, afectan a la conducción.

La iniciativa arranca este mes de enero, se prolongará a lo largo de todo 2016 y consta de varias acciones: la edición de un folleto dirigido al colectivo médico y un tríptico que se publicará cada trimestre dedicado a una sustancia en concreto: opioides, cocaína y estimulantes, alcohol y cannabis. El primero de estos trípticos se refiere a los opiáceos.

Drogas, adicciones y aptitud para conducir es el título del folleto de ocho páginas dirigido a los médicos. Su finalidad es que estos profesionales ofrezcan a los pacientes con adicciones la mejor información posible sobre cómo el consumo de drogas afecta a la conducción de vehículos, y el efecto que su enfermedad (la adicción) y el tratamiento prescrito poseen a la hora de conducir.
Los datos demuestran que conducir bajo los efectos de drogas no solo deteriora la capacidad para hacerlo con seguridad, sino que además se asocia a un mayor riesgo de implicación en accidentes de tráfico con resultado de muerte existiendo, en general, una relación dosis-efecto: a mayor cantidad consumida, mayor efecto y riesgo. Además, el consumo de varias sustancias, incluida el alcohol, es muy frecuente en los conductores accidentados.

Datos preocupantes

Gracias a los resultados del Proyecto DRUID, sabemos que de los 13 países europeos participantes en el estudio, España ostenta el porcentaje más elevado de conductores que conducen bajo el efecto de alguna droga (7,63%) y de los que lo hacen bajo los efectos de alcohol, drogas y medicamentos al mismo tiempo (1,14%). Además, España es el segundo país, por detrás de Italia, con mayor prevalencia de positivos (14,85%) en alcohol o drogas o medicamentos, tres veces (4,43) el valor de la media del resto de países, y segundo también de positivos (0,57%) en policonsumo (combinación de drogas y/o medicamentos). El cannabis es la droga más frecuente entre los conductores españoles, seguida por los estimulantes.
Muchos pacientes en tratamiento por abuso de sustancias conducen de forma habitual y/o por motivos profesionales. Y existen evidencias de que la medicación prescrita para tratar la adicción a diferentes drogas afecta la capacidad de conducir de los pacientes al disminuir su estado de alerta.
El primer tríptico de esta campaña dirigido a pacientes con dependencia, Opiáceos y aptitud para conducir, recuerda que determinadas sustancias como la heroína, la morfina y la metadona, interfieren con una adecuada capacidad para conducir con seguridad. Entre sus efectos al volante destacan el efecto sedante y la intensa miosis que producen. “Conducir con la presencia de opiáceos no solo deteriora la capacidad para conducir con seguridad, sino que además se asocia a un mayor riesgo de implicación en accidentes de tráfico con resultado de muerte”, sostiene el folleto.
Otro apartado del tríptico se refiere a la legislación sobre drogas y conducción, un delito tipificado en el Código Penal. También recuerda cómo las adicciones influyen a la hora de conducir. “La enfermedad (dependencia), la posible existencia de otras patologías y la medicación recibida son aspectos a tener en cuenta a la hora de valorar la aptitud para conducir. Los pacientes deben ser conscientes de los efectos de su enfermedad, medicación recibida y consumo de drogas, sobre la conducción y el mayor riesgo de accidentes”, expone.