La falsa sensación de control de los ludópatas les afecta a la hora de tomar otras decisiones

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La ilusión de control es un término acuñado en psicología para describir la tendencia a creer que podemos influir sobre ciertos acontecimientos que, en realidad, son incontrolables. Se trata de un fenómeno común y ocurre más a menudo de lo que imaginamos. Sin ir más lejos, cuando alentamos con euforia desde casa a nuestro equipo de fútbol creyendo que nuestros ánimos van a ayudarle a ganar. Ahora bien, los jugadores patológicos son especialmente vulnerables a este tipo de correlación ilusoria, y tienden a sobrevalorar la relación entre su comportamiento y el resultado obtenido, sobre todo durante el juego.

La investigación, llevada a cabo conjuntamente por investigadoras de la UNED y la Universidad de Deusto, pretendía esclarecer si este colectivo manifiesta esta conducta por encima del resto también en otras situaciones que no sean las propias del juego.

Los jugadores patológicos son especialmente vulnerables a este tipo de correlación ilusoria, y tienden a sobrevalorar la relación entre su comportamiento y el resultado obtenido, sobre todo durante el juego.

El experimento

En el estudio intervinieron cien participantes a través de un sitio web, la mitad de ellos jugadores patológicos en proceso de rehabilitación. Las investigadoras idearon una situación ficticia donde los participantes debían tomar la decisión de administrar o no un medicamento cuya efectividad aún estaba siendo testada.El nuevo medicamento en cuestión, Batatrim, podría ayudar a mejorar los síntomas de dolor causados por el Síndrome de Lindsay.

Cada participante debía resolver cien casos distintos de pacientes que padecían la supuesta enfermedad. Al final del experimento se les preguntaba hasta qué punto consideraban que el medicamento era eficaz para este tratamiento. Si bien en los juegos de azar la posibilidad de controlar el resultado es realmente baja, otras situaciones donde los resultados favorables son más frecuentes tienden a generar esa falsa sensación de control de manera más fácil. Por ello y con la intención de, primero, ubicar a los jugadores en un contexto distinto y segundo, favorecer el desarrollo de la ilusión de control, el experimento fue diseñado para que la probabilidad de resultados favorables durante la prueba fuese elevada.

Sin embargo, y en contra de lo que solían creer los participantes, no existía relación alguna entre la administración del medicamento y la recuperación de dicho paciente, ya que los resultados eran aleatorios. Es decir, en la mayoría de los casos el paciente terminaba recuperándose independientemente de la decisión que el participante tomase.

Comprendiendo mejor el comportamiento

El resultado de las pruebas mostró que la ilusión de control manifestada por los adictos al juego era significativamente mayor que la del resto. Esto no sólo pone en evidencia la vulnerabilidad de los adictos al juego en aspectos hasta ahora ignorados, sino que plantea interesantes interrogantes como hasta qué punto es la ilusión de control la que induce a las personas a jugar o si, por el contrario, es el juego el que incita esta conducta. La finalidad de este tipo de estudios es comprender mejor este fenómeno, con la intención de mejorar el tratamiento de quienes lo padecen.

Por otro lado, el uso de herramientas de aprendizaje asociativo, como la prueba diseñada para este experimento, resultará más eficaz para detectar y medir la ilusión del control de una manera menos condicionada que hasta ahora.

“Las medidas utilizadas en la psicología del aprendizaje, y en general en la psicología experimental, disminuyen la posibilidad de la aparición de ciertos sesgos o errores de metodologías que se centran en la opinión o creencias de los participantes sobre su propia conducta” afirma la Dra. Cristina Orgaz (UNED), co-autora del presente estudio.

“La metodología utilizada en la psicología experimental es extrapolable, e incluso más fiable que otras medidas, a otras disciplinas como la psicología clínica, en este caso”, subraya la investigadora. Por ese motivo, las autoras animan a terapeutas e investigadores a tener bien presente dichas herramientas a la hora de desarrollar nuevas estrategias encaminadas a reducir estas tendencias en los jugadores compulsivos.